Rutina de Vida Postmodernista

De todo y de nada.

miércoles, enero 26, 2005

La Marcha

No olvido. No olvido a los hermanos Restrepo ni a Consuelo Benavides, no olvido los tanques fuera de la CSJ. No olvido Ecuahospital, el juicio a Dahik, ni el pacto de la regalada gana. No olvido el golpe de 1997 ni el Congreso de psiquiatras. No olvido la sucesión presidencial o las fuerzas armadas deliberantes; no olvido a Fabián Alarcón. No olvido el 1%, Filanbanco y la AGD. No olvido enero de 2000. No olvido la prepotencia

Pero jamás puedo olvidar el aspecto de Guayaquil en las administraciones bucaramistas. La vergüenza que generaba. Reportajes internacionales que la llamaban el basurero del Pacífico. El caso chatarra, la entrega de juguetes, Harry Soria, los pipones, los gallinazos y las tetas de Elsa. La mochila escolar, la tesis plagiada y títulos comprados, el primer millón de dólares o las bolsas de dinero retiradas del BCE.

No olvido el irrespeto por la constitucionalidad y los atropellos socialcristianos, los mezquinos intereses. Reconozco sin embargo el cambio en mi ciudad. Reconozco un cambio de actitud en Nebot, tal que no en Febres-Cordero. Y doy el derecho no a borrar lo anterior, mas sí a rectificar.

Rechazo la delegación del cuidado de la seguridad al guardianía privada. Max Weber ha dado la más clásica, simple y acertada definición de estado como la organización que en un territorio determinado detenta el monopolio legítimo de la violencia. Por supuesto que esta conceptualización es restrictiva. El mismo Weber no considera al Estado únicamente como aquello que acabamos de señalar, pero sí como su característica más resaltante, una que explica su génesis, su principal sostén y misión social. ¿Cómo podría entonces desprenderse de esta función? Algún seguidor de Hobbes se aterraría pensando en el regreso al “estado de naturaleza” del Leviathán.

Aun así existen otras cosas por las que se puede plegar una marcha. Me ha tocado escuchar a pseudocomunicadores sociales justificando las inconstitucionalidades cometidas últimamente(desde la perspectiva jurídica seria no está en discusión que esto es lo que ha ocurrido) en base a los precedentes funestos sentados en otro momento por fuerzas políticas diferentes o las mismas en contubernio con otras. Se esgrime el falaz argumento “ya se ha violado la constitución antes, nadie puede quejarse”. ¡Que pequeñez! Justifiquemos persecuciones, masacres y censura. “Ya se ha hecho antes”.

Considero saludable que este gobierno de malhechores, sin otra ideología que lucrar de la administración pública y las prebendas que esta ofrece, y por tanto la de mantenerse en el poder aun a costa de ser rehén de aquellos a quienes ha vituperado en diversas ocasiones(Bucaram y Noboa) sepa que hay una opinión pública mayoritaria, al menos en esta ciudad que se opone a sus acciones. Que tendrá que someterse al escrutinio popular cada vez que tome un curso de acción. Tal vez así lo piensen dos veces antes de realizar bufonadas como la más reciente de nombrar al Crnel. Villa magistrado del Tribunal Andino de Justicia.

Finalmente, si este tipo de manifestación sirve para despertar el deseo de descentralización; para exigir mayor independencia administrativa( y por tanto mayores responsabilidades y competencias), bienvenida sea. Creo en el manejo público(estatal) de la mayoría de necesidades. Salud, vivienda, servicios básicos y principalmente seguridad social y educación. Este manejo debe acercarse a la comunidad, a la localidad. Es la única forma de aproximarnos al ideal de democracia en una sociedad de masas. Mientras más cerca está el poder, el centro de decisiones y los funcionarios responsables existe mayor accountability. Los ciudadanos ejercen el control.

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martes, enero 18, 2005

To blog or not to blog....

Es difícil cumplir con plazos y "deadlines" cuando se trata de algo que además de ser autoimpuesto, depende mucho del estado emocional e intelectual del individuo. Sucede que cuando simplemente no se posee el deseo de escribir, no vale la pena forzarlo.

Precisamente esto ha pasado conmigo y este blog. Por alguna razón inescrutable estar en esta ciudad me lleva a otros intereses, diferentes de la comunidad bloggera. Decir que no he sentido el ímpetu de postear es realizar una declaración incompleta. También he perdido ese interés de leer los blogs que me gustan.

Mi interpretación de la situación me lleva a pensar que es algo pasajero. De hecho, entre el 30 de enero y el 3 de febrero se concretara mi partida de estas Pacíficas costas. Hice poco(o nada). Avancé un trís con mi preparación para los exámenes de febrero, gané algunas libritas, bebí, etc.

Me encuentro pues bajo la impresión que regresar a Buenos Aires me va reconvertir en blogger, como si esto dependiera de factores externos más aun que de aquellos de mi fuero interno.

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