Matemáticas

No sé si las odio, pero no me cabe duda de que no me agradan. Mándenme a leer dos tratados sobre los daños para la salud producidos por bebidas enlatadas, pero hacer ejericios de matemáticas no.

No se extrañarán entonces, al contarles mi estupefacción cuando me enteré, que luego de cuatro años de ausentismo, los números regresaban a mi vida curricular en la forma de una materia con el nombre de "Métodos Cuantitativos", que no es otra cosa que una especie de pre-estadística.

Mi mala predisposición me condujo por un sendero de autodestrucción académica. Concurría a clases quejándome y refunfuñando, copiaba poco y entendía menos. Milagrosamente arañé aprobar el parcial con la miníma nota luego de ruegos y reclamos a la profesora.

Este golpe cambió mi acercamiento a la materia. La sola expecatativa de tener que volver a cursarla me aterraba. Le puse ganas, muchas ganas y para el segundo parcial tuve bastante éxito. ¿Porqué les cuento todo esto? Porque el jueves pasado dí el final. Y no he podido pensar en otra cosa hasta hoy. Realmente estaba "cagado". Finalmente recibí la noticia que me alivió. Aprobé, y con 9. ¡Que más puedo pedir!!!! Y no recibí ayuda de ningún compañero en los exámenes a diferencia de cuarto curso cuando me comportaba como un parásito intelectual de "Xavín".

Una sola mala noticia quiebra la felicidad y euforia que me embargan. El próximo semestre me las tendré que ver con "Estadística". El sólo nombre me aterra. Pero ya veremos. Hoy es día de fiesta. Vino tinto y seco de pollo para celebrar.