Rutina de Vida Postmodernista

De todo y de nada.

viernes, junio 20, 2008

Sapientia

¿Qué se puede producir que no sea una mentira del intelecto? ¿Qué de novedad tiene el más original de los pensamientos? No es que todo haya sido ya pensado, y estemos pobremente condenados a repetir las mismas ideas que han sido articuladas ya por otros. Tampoco se reduce nuestra capacidad al travestismo del quehacer racional de los antiguos, la presentación de su labor mental con nuevos ropajes, unos más conformes con los tiempos que corren. Nada de esto, mis amigos, constituye el sino del pensador moderno.

La condición del que piensa nunca es crear, tan sólo es encontrar. Y aquél que proclame lo contrario, miente estúpida o desenfadadamente. Quien crea, pesquisa, investiga, determina: lo que ya estaba allí; lo que ha estado siempre. Entonces, por fuerza, no existe producto, como tal. A lo sumo se podrá adjudicar un halo de novedad al camino. En eso, en la vía, el procedimiento, puede hallarse el verdadero aporte del hombre individuo al hombre colectivo. Por eso admiro a los científicos de todo ámbito que dedican su vida al perfeccionamiento de los métodos de investigación. La metodología investigativa es la madre de todas las ciencias. Lamentablemente, como bien notarán ustedes, no existe tampoco una ruta que no estuviera primero allí, esperando ser encontrada. Así, todas las cosas en el Universo ocupan un lugar y sólo un lugar. Allí esperan pacientemente una roca, una fórmula matemática, un corredor de autos, la definición de filosofía. Esperan ser encontradas. Hacen bien, el destino del Ente es ser encontrado. Una, varias veces; por el mismo, por distintos caminos; de la misma, de distintas maneras. No saber,. esperar., encontrar.

Todo lo demás es un producto, una ilusión, una mentira del intelecto.

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jueves, junio 12, 2008

Blandengue

Permito permitirme el permiso de ser permisivo

con toda la estupidez humana, agolpada en el balde de una 4x4 que jamás conoció el campo,
pidiendo, pudriendo el alma del asfalto, del sol, del agua que corre rauda
a las cloacas después de un aguacero
exigiendo de una saeta privilegiada, destinada, romper la monotonía
del posconformismo
aguardando, habituado a la resignación, la gracia de una migaja inescrupulosa que ose posar
su materia en un lugar proscrito.

Y entre cantos y gruñidos se festeja al pope de la mediocridad
y me permito permitirme, una más, tantas más
abrazar el festivo espíritu, unir mi voz a sus voces, entonar los cantos
fundirme en el embuste de la algazara.
¿Por qué reír? Se impone el llanto. ¿Por qué danzar? vivir es luto.
Siga el vodevil, sobran los años,
el momento de la siega llegará
¡qué nos encuentre actuando!

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