Rutina de Vida Postmodernista

De todo y de nada.

jueves, septiembre 09, 2004

Fin de Semana en Montevideo: Pink Floyd e Intoxicación

Como todos saben(al menos todos los que leyeron el post anterior) el viernes pasado partí de Buenos Aires hacia la República Oriental del Uruguay. Con la excusa del partido que la selección ecuatoriana de balompié debía disputar el día domingo frente al "combinado" local, esperaba turistear un poco y como en cualquier viaje, conocer la noche del lugar en cuestión.

El viaje empezó con muy buenos augurios. Estábamos supuestos a salir de la capital argentina a eso de las 9 am, sin embargo por un problema con el "buque" se retrasó hasta las 11 am. Ustedes pensarán ¿como es eso bueno?. Explícome. La bondad de la providencia(o de la empresa) se manifestó en tomar un barco más rápido, en el cual el viaje duraría 1 hora en lugar de tres. Arribé pues a Colonia a la misma hora que lo hubiera hecho si hubiera salido a las nueve en el -mucho más barato, el cual había pagado- buque lento.

Como es mi costumbre, la noche anterior no dormí pensando en hacerle una gambeta a las rudezas de viaje entregándome a los brazos de Morfeo. Y como siempre ocurre no dormí ni un minuto, al menos en el viaje fluvial. Una vez en Colonia del Sacramento tomé un bus hasta Montevideo, y ahi ocurrió. Me apuré a sacar de mi carpeta de cds una compilación propia de algunos de los mejores temas de Pink Floyd. A los pocos minutos de empezar a oir "High Hopes" caí en un especie de vigilia. Ojos cerrados, semidormido, pero consciente escuché a Pink Floyd como nunca lo he escuchado en mi vida. Estaba vivendo un acontecimiento superior, dificil de describir. Cada tema era como la primera vez, pero la primera vez de algo conocido, una rara sensación. Con "Coming back to life" llegué al estado máximo de sublimación de la experiencia. Al reordarlo viene a mi mente Harry Haller y "La flauta mágica" de Mozart. Y pensar que mi canción favorita era "Comfortably Numb".

Sientiéndome diferente, desperté a "El Pollo", que retozaba a mi lado anuciándole que pronto concluiríamos nuestra travesía. El energúmeno me dijo que no lo jodiera, pero algunos minutos después alzó su cabeza. Estabamos en Montevideo.

Esa noche salimos a comer. La opción fue una parrilla. Una vez dentro me sentí tentado por un buenpedazo de carne. Vi arroz con mariscos y recapacité. No volvería tener muchas oportunidades de mandarme un arroz marinero hasta Diciembre. Lo ordené. Estuvo medio bueno nada más. No hay nada como el arroz marinero que para a comer en Canoa cuando voy para Jama.

Hasta aquí , todo bien. Pero la desgracia había empezado a cernirse sobre mí desde que entré en ese restaurant, y ahora mientras dormía cual lirón, en mi cuerpo se gestaba la fatalidad. A eso de las cinco sentí los primeros síntomas. Estando como estaba, en un profundo sueño producto de mi anterior noche en vela, no le presté mayor atención y seguí descansando. Una hora después hube de pararme como muñeco porfiado y salir disparado al baño. Fue el primero de muchos, muchos viajes que mi cuerpo me obligó a realizar hacia ese sitio. Puedo asegurar que fueroin al menos 15. "El pollo" es mi testigo. ¡Y el dolor! ¡Qué dolor!

Mi día estaba arruinado, cama y televisión resumen mi jornada. Nada de turismo, y en la noche nada de farra. Un desperdicio.

La noche fue igual que el día con la recompensa de un Domingo más agradable, en que pude recorrer la ciudad y asistir al partido. De esto último no tengo nada que comentar, y mucho menos de aquel de este reciente miércoles.

Se me fue la mano con la extensión de este post, de características que pueden ser descrítas concisamente con el adjetivo "kurisivo", así que me despido. Un abrazo online.

PD: Mi apoteosis pinkfloydeana fue destruida el día lunes al ser sometido a escuchar una versión mix-electrónico de muy baja calidad de "Comfortably Numb" obra de unos mediocres imitadores de Erasure.

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